Noctiluca EcoFestival: una experiencia colectiva transformadora

Noctiluca es nuestro EcoFestival, una experiencia colectiva que organizamos cada cierto tiempo en la Región de Atacama, Chile, a través del que buscamos poner en valor, frente a la comunidad de la región y sus visitantes veraniegos, propuestas artísticas locales y nacionales cuyas estéticas van desde la canción a cruces entre poesía, música y arte sonoro.

Conciertos, instalaciones sonoras, lecturas poéticas musicalizadas, conversatorios, talleres, presentaciones de libros y creación de obras colectivas hacen parte de las jornadas. Todas actividades de acceso liberado, basadas en una temática central escogida para cada año.

En este sentido, el certamen lo concebimos como un punto de encuentro estival alternativo que invita a la comunidad a hacer una pausa vacacional para oír parte del paisaje musical, poético y sonoro atacameño y nacional en espacios diversos de la región más allá del concierto como espectáculo o la música o literatura como productos consumibles.

Sí, los discos, los libros y los conciertos se venden para sostener a sus cultores y todo el ecosistema que los produce, eso lo entendemos y adherimos como trabajadores de las artes. Sin embargo, la música e historias que hay en ellos se escuchan y se leen, no se consumen. Existe, por tanto, un problema de conceptos y, por ende de paradigma, que creemos necesario cuestionar mediante una acción concreta.

Por eso, la invitación que hacemos a través de Noctiluca es a festejar la música y la poesía en vivo bajo la idea de rito o ceremonia. Es una exhortación a encontrarnos y escuchar con atención, detenernos a contemplar, entrar al templo y pausar nuestro ritmo acelerado contemporáneo y reconectarnos con la música y las palabras a partir de renovadas ópticas, dejando de lado, por un momento de nuestras vidas, cualquier actividad de consumo capitalista asociada a las artes.

De forma paralela, lo planteamos como una esfera de discusión sobre la estandarización en la música y la literatura. Y, a la vez, como un espacio de reflexión, a través de las artes integradas, sobre la relación que establecemos con nuestro entorno social y natural.

Por eso, Noctiluca no es un nombre azaroso para un festival de estas características, pues dicho microorganismo nos lleva a pensar en dos cosas. Por una lado, en el nexo que vemos entre bioluminiscencia y autosustentabilidad en la vida y las artes. Y por otro lado, en que su presencia más allá de constituir un fenómeno llamativo por su belleza, es la manifestación de un desequilibrio en la biodiversidad marina actual, provocada, según algunos estudios, por el cambio climático. Esto último debido a que su aparición está asociada a aguas cálidas, y al igual que la fragata portuguesa, está proliferando más de lo habitual en zonas que antes no estaban acostumbradas a su existencia masiva como en Atacama.

Tampoco es antojadizo lo «eco», pues es un guiño no solo a lo medio ambiental o al eco sonoro, sino también al eco que nuestras acciones generan en la comunidad y la naturaleza. En otras palabras, nos remite a pensar en la dimensión ética y social de las artes. ¿Podemos ver en estas una manera de contribuir a la transformación social? ¿Es la función de las artes ser social y política por antonomasia?

NOCTILUCA 2023

Con todas estas ideas en la cabeza, durante el verano pasado, junto al Centro Cultural Atacama en Copiapó, el Café de Wheelwright y la Plaza Carlos Condell de Caldera como espacios colaboradores, además de un equipo compuesto por ocho de profesionales de las artes, más de veinte artistas convocados y cientos de personas que se interesaron por ser parte de esta experiencia colectiva transformadora, construimos un conjunto de actividades que fluyeron al ritmo del agua, tema central de Noctiluca 2023, y su símbolo, una ballena.

¿Por qué el agua en esta ocasión? Porque es uno de los elementos que permiten la vida. De esta se compone tanto el océano que alberga a las ballenas y a las noctilucas como los ríos que permiten la superviviencia de los seres vivos terrestres como nosotros.

Por el agua, además, el sonido se transporta más rápido que por el aire, llevándonos a pensar en las palabras como mares, en la improvisación musical como el fluir del río heraclitano, en la creación como el dejar fluir las ideas, en el río que no fluye como símbolo de sequía creativa, o en la dicotomía agua-vida y sequía-muerte.

La ballena, por su parte, como símbolo anual, cuyo diseño estuvo a cargo de la artista invitada Tatiana Mayerovich, nos permitió indagar en dos aspectos complementarios, uno social y otro estético. El primero es que algunas especies de este mamífero están en constante peligro de extinción por su caza indiscriminada a pesar de su prohibición mundial. Es decir, a diferencia de las noctilucas, en vez de proliferar desaparecen. Y en segundo término, pudimos establecer su conexión con la música y la poesía, pues estas se comunican por medio de cantos para la ecolocalización, para aparearse o alimentarse. Cada especie forma lenguajes propios y comparte el mismo canto.

De esta manera, desde los elementos gráficos a la forma de construir las escenografías diarias más las actividades en su conjunto, estuvieron motivados por el agua como pie forzado y la ballena como símbolo para su desarrollo.

El día de cierre, en específico, montamos una escenografía artesanal que prescindió de pantallas modernas, sin por ello, sacrificar lo estético. De este modo, instalamos tres paneles a modo de tríptico, sobre los que el artista local Milenko Bogdanic Molina, fue pintando con esmalte al agua el motivo central del festival, emulando a la distancia tres acuarios con una ballena en su centro. Idea que surgió como una forma de mostrar que con elementos sencillos se puede trabajar la producción de una instancia musical masiva. A la vez, como una forma de disminuir el uso de grandes maquinarias para el montaje y con ello, el uso de energía eléctrica y fósil.

El cuadro resultante, a su vez, será donado al Centro Cultural Atacama, para su visibilidad permanente en el tiempo.

Por tanto, como cierre simbólico de este ciclo dedicado al elemento vital, hemos comenzado a estrenar material audiovisual capturado por el ojo de la cineasta Javiera Véliz Fajardo que recopila los mejores momentos de las jornadas vividas.

Son 15 videos en total, los que iremos publicando poquito a poco entre lo que queda de septiembre y los primeros días de octubre del presente año, como extensión atemporal y en formato virtual de dicha experiencia vivida de forma presencial. Estos estarán disponibles en el sitio www.noctilucaecofestival.cl y su respectivo canal oficial de Youtube.

LISTA DE VIDEOS PUBLICADOS A LA FECHA

Texto escrito por Daniel Jesús Ramírez

Músico, escritor y artista sonoro chileno, alias Ramírez Neira, integrante fundador de Familia Runrún. Desarrolla su trabajo a partir de la creación, investigación y pedagogía musical, sonora y literaria. Es, también, licenciado en Letras Hispánicas, licenciado en Educación, profesor de Castellano y certificado en Música Electroacústica. Todos estudios realizados en la Pontificia Universidad Católica de Chile.


Publicado por Runrún

Familia poética y musical chilena que trabaja la relación entre palabra, artes e identidad desde una perspectiva crítica, colaborativa, pedagógica y transdisciplinaria desde el 2018 a la fecha.

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