En la fructífera tierra del Maule crecen nuevos proyectos. A la implementación de “Buscando la raíz”, sumamos una nueva iniciativa dirigida especialmente a las comunidades escolares.
Ésta lleva por nombre “Mundos nuevos, mundos diversos”, proceso de creación y diálogo participativo, inclusivo y democrático. En este espacio, niños y niñas de 2do ciclo de la Escuela Pedernales de la comuna de Cauquenes, compartirán experiencias, reflexiones y proyecciones, que plasmarán a través de la escritura y la lectura.
Los talleres comienzan esta semana y se realizarán todos los jueves de octubre y noviembre. Serán guiados por la poeta Eliana Hertstein y profesor de literatura Daniel Jesús Ramírez, de Familia Runrún, y Gabriela Hill, escritora y licenciada en letras.
“Es un espacio que hace un tiempo veníamos desarrollando en lugares como Inca de Oro, y que ahora toma este nombre para continuar un proceso cuyo objetivo final es abordar las identidades y las formas de habitar los territorios, desde la memoria pero también con mirada de presente y futuro”, indica Daniel Jesús Ramírez.
“Mundos nuevos, mundos diversos”, es un proyecto en nuestra línea de DIALOGAR con artistas y comunidades de territorios diversos, desarrollando procesos pedagógicos y de colaboración para la creación artística.
Nuevos proyectos llegan este segundo semestre a nuestra familia. Uno de ellos es “Buscando la raíz”, proceso de creación y diálogo que iniciaremos los próximos días en las comunas de Colbún y Cauquenes, pertenecientes a la Región del Maule.
Quienes participan son personas adultas mayores de la localidad de Maule Sur en Colbún y de diversas agrupaciones de adultos mayores de la comuna de Cauquenes, que compartirán memorias, problemáticas locales y proyecciones en dos espacios inclusivos y democráticos de trabajo, uno a desarrollarse en la sede vecinal de Maule Sur y otro en la Casa de la Cultura de la Ilustre Municipalidad de Cauquenes. Estas experiencias serán abordadas en cada sesión, a través de la lectura y el relato oral y escrito.
Eliana Herstein, poeta de Familia Runrún, y Daniel Jesús Ramírez, profesor de literatura y músico de nuestra agrupación, serán los guías de esta instancia creativa comunitaria.
“Buscando la raíz” es una iniciativa literaria desarrollada en contextos campesinos, que se inserta en nuestra línea de trabajo de DIALOGAR con artistas y comunidades de territorios diversos, desarrollando procesos pedagógicos y de colaboración para la creación artística.
El proyecto es parte de Buscando la raíz en Maule y la veta en Atacama, que cuenta con el apoyo financiero del Fondo del Libro 2022.
El músico brasileño radicado en Chile, Flavio Costa, también conocido como Flavio Defrei, realizará una residencia artística por una semana en Casa Runrún, nuestro espacio de trabajo familiar ubicado en la Región del Maule, para grabar su disco debut titulado «Yndia».
Dicha estadía se extenderá hasta el 25 de septiembre, tiempo en que, con apoyo de nuestro Daniel Jesús Ramírez, llevará a cabo las sesiones de grabación en La Pieza Oscura, espacio de sonido.
Posterior al registro, se terminará de fraguar el disco a distancia, desde la mezcla a la masterización del mismo.
Después de un maravilloso estreno de #LaExtranjera en la Sala de Cámara de Copiapó, obra interdisciplinaria que cruza poesía y música, seguimos nuestro recorrido hasta Bolivia para presentarnos el viernes 24 de junio en el mARTadero de Cochabamba y el sábado 2 de julio en El Bestiario de La Paz.
El mARTadero es uno de los espacios culturales más relevantes de Bolivia, enclavado en el ex matadero de la ciudad de Cochabamba. El Bestiario, por su parte, es un café teatro ubicado en el barrio de Sopocachi de la capital «de facto» boliviana.
La obra aborda la memoria de viaje de una mujer que regresa a una casa pretérita por medio de su recuerdo fragmentado como símbolo de su propia historia, de su propia construcción de identidad. Es dirigida por el músico y escritor Daniel Jesús Ramírez, protagonizada por la poeta Eliana Hertstein como La Extranjera y secundada por Andrea Andrade como La Sombra. Como cuerpo musical participa el guitarrista Sergio Zuleta y como armonicista invitado Juan Pablo Salinas. La proyección visual, a su vez, está a cargo de la Yuri Nakanouchi.
Este trabajo es una mezcla de cuatro elementos medulares que unidos por el tópico del viaje dan sentido a la puesta en escena. Por un lado, las canciones compuestas por Daniel Jesús Ramírez tanto para su proyecto solista Ramírez Neira como para Proyecto Roto, su banda. Por otro lado, los poemas de Eliana Hertstein que forman parte de Selva, libro próximo a publicarse (Tala Editorial, 2022). A su vez, la presencia de una bailarina invitada que conecta ambos trabajos a través del movimiento. Y por último, el poema homónimo de Gabriela Mistral que da nombre a la obra, perteneciente al libro Tala (Sur, 1938).
Cabe señalar que durante la presentación en Cochabamba abrirá la jornada Chelo Navia, vocalista de la banda Oil. En La Paz, por su parte, se presentará de manera previa el cantautor Sergio Antezana.
En paralelo a ambos eventos, realizaremos una sesión audiovisual para La Coperacha, proyecto cochabambino que registra propuestas musicales bajo una lógica cooperativista e integrante diversos lenguajes artísticos.
El viernes 10 de junio de 2022 estrenamos “La extranjera”, obra interdisciplinaria que cruza poesía, danza y música.
Esta se llevará a cabo el citado día a las 19:00 horas en la Sala de Cámara del Centro Cultural Atacama, ubicada en Alameda Manuel Antonio Matta 262.
La obra aborda la memoria de viaje de una mujer que regresa a una casa pretérita por medio de su recuerdo fragmentado como símbolo de su propia historia, de su propia construcción de identidad. Es dirigida por el músico y escritor Daniel Jesús Ramírez, protagonizada por la poeta Eliana Hertstein como La Extranjera y secundada por el bailarín y coreógrafo Andrés Cárdenas como La Sombra. Como cuerpo musical, participan, además, la cantante Piel Salas y el guitarrista Sergio Zuleta.
Este trabajo es una mezcla de cuatro elementos medulares que unidos en escena van dando sentido a la narración. Por un lado, las canciones compuestas por Daniel Jesús Ramírez, las que forman parte de Veta (Sello Precario, 2022), disco aún inédito de Proyecto Roto, una de sus propuestas musicales. Por otro lado, los poemas de Eliana Hertstein que forman parte de Selva, libro próximo a publicarse (Tala Editorial, 2022). También, la danza inconmensurable de Andrés Cárdenas. Y por último, el poema que da nombre a la obra, “La extranjera” de Gabriela Mistral, perteneciente al libro Tala (Sur, 1938).
Durante la jornada, previo al estreno, se presentará el músico y cantautor brasileño radicado en Caldera, Flavio Defrei.
Las entradas están disponibles en modo preventa a $5.000 en Librería Tierra Culta, ubicada en Portal Infante 631 y en Tienda Lickana, ubicada en Bernardo O’higgins 150, local 2, Jardín Copayapu. El día del evento, estas tendrán un valor en puerta de $7.000.
Detalle:
La Extranjera
Familia Runrún
Eliana Hertstein como La Extranjera
Andrés Cárdenas como La Sombra
Guión, dirección, composición e interpretación musical por Daniel Jesús Ramírez
Músicxs de apoyo: Piel Salas y Sergio Zuleta
Iluminación y proyección audiovisual: Tatiana Mayerovich
Sonido: Centro Cultural Atacama
Producción: Familia Runrún
Flavio Defrei: músico invitado para abrir jornada
Agradecimientos a Francisca Briones por la colaboración durante el proceso.
A menos de una semana de la gran inauguración de la muestra sonora, literaria y visual «Dame la mano y danzaremos», quisimos conversar con algunas de sus autoras, quienes por seis meses dieron vida a esta historia en las poblaciones Lautaro y Vista Hermosa.
Haydée Campusano (Vista Hermosa)
«Nos hizo muy bien. Personalmente, me hizo salir de la rutina y de mi casa. Me ha hecho tan bien este taller maravilloso, que me hizo despertar en muchos sentidos.
Cuando me retiré de mi trabajo de Técnico en Enfermería me enclaustré en mi casa y no tuve más actividad. Acarreé todas las enfermedades habidas y por haber (ríe). Así que esto me hizo revivir de nuevo y sentirme mejor, porque yo pensaba que con todas las enfermedades que tengo debía esperar la muerte en mi casa sin hacer nada.
Esto fue un incentivo muy lindo, sobre todo con los profesores que son excelentes y nos hicieron muy bien. Una casi siempre recuerda más los pasajes tristes de su vida que los alegres. Contarlo me afectó en momentos, pero tuvo que pasar.
Este taller también nos llevó a sentirnos en confianza con los profesores (Eliana Hertstein, Daniel Jesús Ramírez y Tatiana Mayerovich). Nos sentimos acogidas, y nos da la impresión de que ellos sintieron lo mismo con nosotras».
Haydée Campusano
Miriam Ruth Rodríguez Andrade (Lautaro)
«La temática con la que se realizó el curso me gustó mucho. Cómo se trabajaron las emociones, revivir acontecimientos de niñez, o compartir acontecimientos con otras personas. Fue un momento muy significativo el poder escuchar, conversar, compartir, ver las emociones y que pudieran abrirse tantos momentos pasados.
Recordar la niñez también fue un momento muy exquisito, porque una a través del tiempo va ocultando esas cosas. Por eso fue muy grato ese aspecto.
Tener la posibilidad de expresarme a través del arte fue bonito, porque nunca lo había vivido. Había tenido otras experiencias, pero esta en especial la encontré muy lúdica, novedosa, emotiva, especialmente por cómo se trabajaron las emociones.
Además, los profesores fueron muy empáticos, gratos y amorosos para lograr que pudiéramos abrirnos a una experiencia nueva.
También me gustó mucho la forma en la que se llevaban las temáticas. Me motivó mucho, esperaba que llegara el día de los encuentros para poder compartir. Me sacó de la rutina.
Por último, tener la oportunidad de exponer nuestro trabajo a nuestras vecinas, a nuestra comunidad, es muy valioso, porque es el resultado de un taller donde se refleja el esmero, cariño y compromiso que tuvimos con esta experiencia. Pudimos enriquecernos a nivel personal, en lo emocional, y con la muestra podemos ser agentes motivadores para que los demás puedan entusiasmarse para futuros talleres».
Miriam Ruth Rodríguez
Luisa Castillo (Vista Hermosa)
«Me pareció una muy buena experiencia, ya que aprendimos bastante y nos sentimos muy a gusto con Familia Runrún. Exponer lo que hicimos fue muy bueno, porque es nuestro trabajo y lo hicimos con agrado.
Fueron excelentes los talleres. Escribir, recordar memorias… Oír o dibujar. Momentos donde cada integrante desarrollaba sus habilidades, a través de las diversas actividades realizadas dentro de un lindo grupo de unión y compañerismo. Solo podría decir, muchas gracias por todo».
Luisa Castillo
Elisa Castillo (Lautaro)
«La experiencia del programa ha sido hermosa, emotiva y sanadora. Se han creado lazos entre quienes hemos participado, personas de distintas edades y con diferentes formas de ser y de ver la vida.
Lo que más destaco es cómo fueron creciendo las ganas de participar, que todas las semanas aumentaba más. Compartir la tarde, traer recuerdos que a veces producían nostalgia, otras veces penas o alegrías y conectarnos con otras personas… Nos devolvíamos a casa con otros pensamientos, livianas de carga de la vida y esperando a que llegara pronto la próxima reunión.
Para mí, expresarse a través del arte es súper bonito y motivador. Nos permitió abrirnos de a poco y terminar con emocionantes dibujos o escritos nacidos de nuestro interior. Antes no había participado en una experiencia así, por eso lo considero muy bueno.
Además, los profesores tuvieron una calidad humana muy grande… fueron muy comprensivos con cada situación, cada historia. Todos un siete.
Se crearon lazos muy lindos, las personas lograron abrirse a contar cosas de su vida que los dejaron marcados para bien y para mal, pero poder sacárselo de adentro también libera. Y eso se logró bastante.
Aparte, exponer nuestro trabajo, hacer una muestra para nuestros vecinos es como el broche de oro de este taller. Sé que muchos se identificarán con nuestros relatos, historias y creaciones que nos animamos a compartir.
Estoy con el corazón feliz, súper agradecida y esperando volver a ser parte de este trabajo que solo se descubre siendo parte de él, animándose a participar, a entrar a un taller que un principio ni siquiera sabíamos de qué se trataba, pero nos fuimos conociendo y creciendo como personas, como amigos, como vecinos y recordando momentos tan bonitos de nuestra población, de nuestras vidas, de nuestros padres, abuelos y de personajes importantes de Lautaro.
Los invitamos a participar con nosotros y ver todo lo que hicimos, que fue una experiencia que estamos seguros que los vecinos van a recordar siempre».
Elisa Castillo
Si quieren ser parte de esta experiencia única, les invitamos a estas dos muestras simultáneas.
En Lautaro la cita es el martes 19, comenzando con la inauguración, programada para las 19:00 hrs. La muestra se extenderá hasta el sábado 23 en la sede vecinal (Pasaje Lautaro Norte con calle Lautaro).
En Vista Hermosa, el lanzamiento será el miércoles 20 en su remozada junta de vecinos (Hernán Videla Lira con Gabriel González Videla), también a las 19:00 horas, continuando hasta el sábado 23.
Tanto la inauguración como las visitas posteriores (individuales y colectivas) serán con previa inscripción, escribiendo a fundacionrunrun@gmail.com, para coordinar la apertura de puertas.
¿Qué tienen en común las poblaciones Lautaro y Vista Hermosa? Actualmente bastante, ya que ambas serán protagonistas de “Dame la mano y danzaremos”, exposición artística que durante la próxima semana envolverá a Copiapó de arte y memoria.
La muestra contará con dos montajes paralelos gratuitos y abiertos a todo público. Uno en la sede vecinal de la población Lautaro y otro en Vista Hermosa. En ellos se mostrarán obras literarias, visuales y sonoras creadas por los mismos habitantes de estos barrios, quienes se animaron a despertar su creatividad.
El espacio para hacerlo fue el programa homónimo “Dame la mano y danzaremos”, impulsado por el colectivo de artes integradas Familia Runrún, a través de la “Convocatoria Pública 2021 para organizaciones culturales focalizadas en desarrollo social local”, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Este proyecto, que comenzó en noviembre del año pasado y que culminó a mediados de abril, se dividió en tres talleres para indagar en memorias, problemáticas y proyecciones locales comunes: “Buscando la veta”, dedicado a las artes literarias; “Ojo al charqui”, enfocado a los medios visuales y “Oír el paisaje”, donde pudieron experimentar con los sonidos.
Daniel Jesús Ramírez, miembro de nuestro grupo y uno de los guías del proyecto, comenta que las participantes trabajaron en torno a los sentidos: “Pudimos ver y escuchar de otra forma nuestro cotidiano. Las vecinas y vecinos tuvieron que registrar con sus celulares diversos aspectos de su realidad, identificando sonidos y grabándolos”.
“A la vez, fuimos semana a semana identificando texturas, objetos y lugares referenciales, tanto actuales como aquellos que permanecen en la memoria, para luego capturarlos por medio de diversas técnicas visuales, permitiéndole a ambas poblaciones participantes mirar la realidad por medio de formas poco habituales, más que como un ejercicio de rescate, como una manera de reflexionar sobre la vida comunitaria con miras al futuro”, indica el músico y profesor.
En la misma línea Eliana Hertstein, también integrante de la agrupación y guía de los talleres, comenta que “gracias a este programa, las personas integrantes de nuestros talleres han tenido una comprensión del entorno distinta a lo habitual, reconociendo desde otras miradas su territorio. A partir de este proceso, también se formaron dos grupos medulares en los que se desarrollaron afectos y lazos a través de la experiencia artística”.
Para Tatiana Mayerovich, escritora y otra de las facilitadoras del proyecto, ambos grupos significaron una experiencia gratificante. “Se abrió un espacio sensible donde pudieron expresarse, oral o escrituralmente. A través de sus recuerdos y de sus relatos, nos regalaron una estampa de cómo eran los barrios de Copiapó hace décadas. Quienes vivían ahí, en qué trabajaban y cuáles eran sus anhelos. Impresionan sus recuerdos sobre el tren que las llevaba a Caldera o más al norte, así como les duele la desaparición del río Copiapó, donde tantas veces pasearon junto a sus familias y se bañaron. Así que, además de la experiencia creadora, quedó en mi memoria el afecto”.
Todo esto quedará plasmado en la muestra “Dame la mano y danzaremos”. En ella podremos encontrar texturas grabadas sobre un papel, relatos escritos o paisajes sonoros. “Toda una experiencia sensorial”, como describen sus organizadores.
En Lautaro comenzará el martes 19 (inauguración, 19:00 hrs.) hasta el sábado 23, en la sede vecinal (Pasaje Lautaro Norte con calle Lautaro). En Vista Hermosa, la inauguración será el miércoles 20 en su remozada junta de vecinos (Hernán Videla Lira con Gabriel González Videla), también a las 19:00 horas, continuando hasta el sábado 23.
Tanto la inauguración como las visitas posteriores (individuales y colectivas) serán con previa inscripción, escribiendo a fundacionrunrun@gmail.com, con el fin coordinar la apertura de puertas.
Daniel Jesús Ramírez, integrante de nuestra familia, músico y escritor en Proyecto Roto, Tarka&Ocarina, entre otros proyectos, se encuentra dando una serie charlas sobre la relación que hay entre poesía y música de habla hispana.
Actividades realizadas en establecimientos educacionales de Chile a propósito de «Te canto una historia», saga de historias de autoría del mismo Daniel, que aborda diversos aspectos de la música chilena a través de formas estróficas populares.
La primera obra de la saga es «La cantora y la guitarra», labor escritural que ha podido completar gracias a la «beca» de creación del Fondo del libro 2020 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en la que también participa el artista visual J. Vitius Reinun, quien ha ilustrado la historia.
La primera charla se desarrolló hoy en la Escuela Técnico Profesional de Copiapó (ETP) gracias a las gestiones del profesor Herman. Próximamente será llevada a cabo en otros establecimientos de la Región de Atacama y del Maule, principalmente.
¿Cómo es la región de Atacama vista por los ojos de una persona mayor? Esto nos invita a reflexionar la muestra fotográfica “Ojo al charqui”, que desde el lunes 14 al 18 de marzo reunirá obras de mujeres de Freirina, Chañaral y Copiapó en el Centro Cultural de Atacama.
La exposición es el resultado de un proyecto previo homónimo y financiado por un Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (Fondart) del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. A partir de noviembre, el organismo llevó a cabo un taller virtual de 12 sesiones, en las que adultas mayores plasmaron sus inquietudes y sentires sobre su habitar en la región.
Foto: Hilda Olivares
De este espacio pedagógico y creativo surgieron seis series fotográficas, cuyas autoras son Eliana Núñez, Mónica Altamirano, Hilda Olivares, Nancy Prado y Nélida Baros.
Daniel Jesús Ramírez, integrante de nuestro colectivo y uno de los guías del proyecto, explica que “Ojo al charqui” “fue concebido para abordar memorias, problemáticas sociales y proyecciones futuras a través de las artes visuales y, en específico, de la fotografía, como herramienta artística vital para indagar en la memoria individual y colectiva de una comunidad”.
El músico y profesor también señala que esta versión les permitió contribuir a la alfabetización digital de las participantes, “despertando en ellas potencialidades artísticas, a través del uso del celular como una herramienta creativa y comunicativa”.
Los resultados han sido sorprendentes. Así describe esta experiencia Eliana Hertstein, también integrante familiar y guía de los talleres, quien comenta que “el compromiso, la responsabilidad y tenacidad de las participantes han sido excelentes. Sus deseos de conocimiento y ganas de capturar la realidad a través de una foto han decantado en esta exposición”.
Las participantes
Aprender nuevas técnicas en la fotografía y valorarla como medio de expresión, fueron algunas de las razones que llevaron a Nélida Baros a participar en este taller: “Para mí ha sido muy enriquecedor, porque ha validado mi memoria y el aprendizaje de nuevas tecnologías”.
Nélida Baros
Para Hilda Olivares, en tanto, fue una experiencia totalmente nueva: “No había tomado fotografías con un celular a menos que fuera en una reunión familiar. En este taller pude conocer, por ejemplo, cuál es la mejor hora para tomar una foto, conceptos como contraluz, sepia, luz, planos, etc. También me emocionó la oportunidad de conocer la vida de personas maravillosas que yo desconocía, como el fotógrafo Sergio Larraín y el escritor Jorge Luis Borges”.
Hilda Olivares
Por otro lado, Eliana Núñez, destaca los conocimientos entregados: “La evolución de las primeras a las últimas fotografías que tomamos ha sido grande. Los mayores aprendizajes han sido que, antes de apretar el botón del obturador, debemos fijarnos bien qué queremos fotografiar y cuál es el motivo por el que queremos hacerlo. Cuando tomamos eso en cuenta, las fotografías resultaron mucho más interesantes”.
Eliana Núñez
Mónica Altamirano, finalmente, destaca la emotividad del proceso: “Desde pequeña me gustaba contemplar los atardeceres, los amaneceres. Veía los diferentes colores que tomaban las nubes, los cerros y consideré que esta era una oportunidad para conocer un poco sobre fotografía. Después confirmé que una nunca termina de aprender”.
Mónica Altamirano
Nancy Prado
Las y los mediadores fueron parte fundamental de este camino. Una de ellas fue la realizadora audiovisual Javiera Véliz, quien elaboró distintas cápsulas que guiaron a las participantes en conceptos técnicos, que fueron explicados de forma didáctica.
“Quise hacer este taller de la manera más simple y honesta, tratando de observar y de sentir el entorno donde crecimos y nos criamos. Estos colores únicos de Atacama, la forma de salir el sol… Esa esencia tan única que tiene totalmente relación con nuestro origen y nuestras raíces”, comenta la documentalista.
Esto y más estará en la muestra “Ojo al Charqui”. Así lo expresan sus organizadores, quienes adelantan que “quienes visiten la muestra se sorprenderán, pues verán reflejada la región a través de la mirada de cinco mujeres de Atacama”.
Termina el período estival en todo el país, y con ello retomamos las actividades iniciadas durante un fructífero 2021. Una de ellas es “Dame la mano y danzaremos”, proceso que llevamos a cabo desde noviembre a enero junto a vecinas de las poblaciones Lautaro y Vista Hermosa, de la ciudad de Copiapó, y que culmina en marzo.
Este proyecto lo implementamos gracias al financiamiento de la “Convocatoria Pública 2021 para organizaciones culturales focalizadas en desarrollo social local”, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
De dicho proceso resultaron dos espacios pedagógicos, desarrollados a través del taller “Buscando la veta”, que cada semana se nutrían de reflexión y conocimiento mutuo en torno a la palabra oral y escrita. Las participantes fueron principalmente mujeres mayores, que destacaron por su compromiso y entusiasmo.
Conociendo el proceso pedagógico y creativo
Eliana Herstein, integrante de Familia Runrún, cuenta que en estos encuentros pudieron revivir la memoria individual y colectiva de los vecinos y vecinas: “Para muchos de los integrantes, este taller fue el primer espacio físico de reunión luego de la pandemia, por lo tanto aquí nos encontramos con el ímpetu de contar, narrar relatos y escuchar”.
La poeta también destaca que “hubo mucha empatía durante todo el proceso, con momentos de intimidad tales que la emoción brotaba al oír la lectura de los relatos escritos de puño y letra”.
Tanto Herstein, como Daniel Jesús Ramírez, y la artista invitada Tatiana Mayerovich, guiaron cada una de las sesiones, a través de talleres que abordaron tópicos como la vida, la muerte o el amor.
Sobre esta experiencia, Ramírez comenta que han podido “explorar, junto a vecinas y vecinos de ambos sectores, memorias, problemáticas y proyecciones personales vinculadas con sus habitares locales en Copiapó”.
El músico y profesor de literatura familiar, describe que ambos grupos han tenido una participación entusiasta y catártica: “Los espacios que hemos podido levantar en conjunto a ratos se han transformado en espacios de arte terapia, sin perder el objetivo central del mismo, que ha sido levantar un relato común a partir de las historias personales, que como equipo hemos propuesto para entrar en las identidades locales, desde lo general a particular”.
El barrio en la voz de sus protagonistas
Los territorios escogidos para desarrollar esta nueva versión de “Buscando la veta” fueron las poblaciones Lautaro y Vista Hermosa. Barrios aparentemente disímiles entre sí, pero con potentes experiencias de vida conectadas con la familia y el entorno. El primero es el más antiguo de Copiapó, ligado a la historia ferroviaria de la zona, ya que se ubica detrás de la estación de trenes. El segundo data de los años 70’, cuando arribaron los trabajadores y trabajadoras de la Fundición Paipote.
Trinidad Castillo, de Lautaro, destaca que aprendió a escribir sobre sí misma y sus experiencias “sin temor al qué dirán”. Para ella, fue un espacio para aprender a valorar las vivencias de los demás, que fueron contadas con emoción y respeto:
“Jamás había participado en un grupo literario o artístico, pero siempre me ha gustado escribir, pero antes lo hacía más a menudo. Luego, cuando fui mamá, me dediqué a ser dueña de casa, a los hijos y el tiempo libre se hizo poco. Ahora, cuando somos adultas mayores, volvemos a tener tiempo para nosotras y es acá donde participamos más activamente con nuestros pares. ¿De qué forma? Conversando y relatando nuestras vivencias de hace más de 40 años, que ahora van aflorando en nuestra memoria, como si lo hubiéramos vivido ayer. Cosas tristes, momentos felices, penas, alegrías, historias, familia… y un sinfín de recuerdos que estaban guardados en nuestra mente y ahora hemos podido recordar”, cuenta.
Trinidad Castillo
Para su vecina Miriam Carmen Rosales el recorrido fue similar: “Ha sido positivo y muy bonito porque aprendí a expresarme. Yo soy callada, no decía las cosas, pero pude expresarme en el papel. Incluso a veces me faltaban hojas para escribir. Fue como desahogarse, porque escribir sobre el pasado es como escribir un libro. Por eso me gustó este proyecto, porque es importante que la gente sepa la historia de este barrio y la reconozcan”.
Miriam Carmen Rosales
En paralelo Eva Caniguante de la población Vista Hermosa, comenta que el proyecto le interesó desde el primer momento, especialmente por la forma en la que los profesores y profesoras presentaron los talleres, modalidad que para ella fue “muy reconfortante, sobre todo durante la pandemia”.
Eva Caniguante
Doris Fritis, vecina de la misma población, agrega que esta instancia les permitió conocer más sobre arte y literatura, pero también volver a conectar con su comunidad: “A veces no tenemos mucha comunicación, más con esta pandemia. Yo vivo hace más de 10 años en esa villa, pero no converso con todas… a lo más el saludo de ‘buenos días, buenas tardes’, y de ahí no pasaba. Este taller me dio la oportunidad de conocer a las vecinas desde otra perspectiva”.
“Nos ayudó a sacarnos un poco de la rutina diaria, porque si bien una ama de casa no termina nunca, esos días en que salíamos eran muy buenos, porque reíamos, llorábamos, echábamos la talla…Lo mejor fue sentarse a conversar y de ahí empezar a tejer esta madeja de lana que después unimos”, relata.
Doris Fritis
Para Doris este espacio fue doblemente especial, ya que pudo compartirlo con su hija Maite Rojas, otra de las participantes. Al respecto, la joven egresada de la carrera de psicología resalta la posibilidad que le dio este taller para reflexionar sobre sí misma y los demás.
“Me sentí cómoda en el grupo, pese a ser la más joven. Es que igual existieron varios puntos de vista; algunos más conservadores, otros más liberales… A pesar de eso, pude entenderlos, poniendo en práctica la empatía y la tolerancia. También fue un buen espacio para compartir con mi mamá, porque si bien somos familia, no siempre tenemos esos espacios de reflexión. Fue bueno poder conectarnos y aprender de nosotras. Nos sirvió bastante para conectarnos más”.
Por último, Maite destacó las dinámicas propuestas en las sesiones: “Me gustaba mucho la literatura, pero nunca indagué mucho, siempre fue muy general, así que me llamó mucho la atención aprender sobre la antipoesía de Nicanor Parra, hacer la actividad del quebrantahuesos o pensar en conceptos a partir de objetos cotidianos de nuestra vida”.
Maite Rojas
Preparándose para la segunda etapa del proceso
Pero, ¿qué le depara a este grupo para marzo? Eliana Herstein explica que en los próximos días comenzará una nueva etapa ligada a las artes visuales, “específicamente a través de los nuevos medios, con el trabajo literario y autobiográfico resultante de los meses anteriores”.
Esta fase, según indica Daniel Jesús Ramírez, aún no tiene nombre, pero se tratará de un espacio de co-creación entre Las Pobres Esferas y las dos comunidades que “permitirá indagar en las memorias, problemáticas y deseos comunes de cada grupo por medio de los nuevos medios. La base para trabajar serán los relatos de la primera etapa, que servirán de insumos para construir junto a las vecinas dos instalaciones visuales, una en la sede de Lautaro y otra en la sede de Vista Hermosa”.
Registro fotográfico: Paula Fredes, Daniel Jesús Ramírez.